Entre los platos típicos de la zona destacan la
sopa seca, el ceviche y la carapulcra.
El Camote Huatiado:
En la mesa de un asiano podrá faltar arroz, pero jamás un
camote huatiado. Se trata de uno de los alimentos que se remonta al antiguo
Perú donde la olla es la propia tierra, tal como lo hace saber la historiadora
de la culinaria peruana, Gloria Hinostroza, que las huatias se inician con
Huatiacuri, el primer dios de la comida, el que enseñó a los hombres a cocinar.
Desde entonces, se podría decir que los asianos aprendieron
a cocinar el fruto de la tierra mediante fuego controlado, sabiduría que se ha
transmitido de abuelos, hijos y nietos, y hoy la herencia cultural tiene sabor
original, donde los camotes se colocan en una olla de barro, luego se tapa con
panca de choclo y se pone de boca a la tierra y se cubre de paja. Sólo con el
calor de la fogata los camotes exudan, segregan miel y se doran por fuera,
mientras por dentro están tiernos y dulces como un manjar.
Esta exquisitez gastronómica tiene identidad propia porque
no se encuentra en ninguna otra parte del Perú. El secreto de tanta dulzura en
el camote se debe a que durante algunos días fueron expuestos al sol para que
el azúcar se concentre, a esta costumbre los asianos llaman “camotes soleados”.
Pese a ser un valle seco, en las chacras es
posible encontrar variedades de camotes que desde hace más de cien años vienen
alimentando al habitante de Asia. Es el caso del camote “Huayro”, “Juan Ruiz”,
“Chancleta”, “Zapallito”, “Catalpo negro”, “Palo tieso”. Si bien estos
tubérculos no gozan del estándar comercial, sí forman parte de la dieta
familiar. Pero los asianos también vieron como las desoladoras sequías
arrebataban sin piedad algunas de sus variedades como el “Pierna de
viuda”, “Yema de pato”, “Argentino”, “Italiano”, “Yuca”, entre otras que
formaban parte de sus hábitos alimenticios.
El Charquicán de raya seca:
La comida inca aún se sirve en la mesa de los asianos.
Platos como el Charquicán de raya seca es una muestra del sabor antiguo que
conquistan los paladares -especialmente de los visitantes-, quienes se rinden
ante su exquisita y sabrosa preparación al más puro estilo costumbrista.
El apetecible Charquicán, basa su preparación en raya seca
salada, deshilachada y frita con ají panca, ajos y unas gotas de vinagre. Su
presentación se acompaña de papa blanca sancochada en trozos. Sin duda, es uno
de los alimentos más antiguos que acompaña al habitante de Asia.
El asiano pesca la raya con sus cordeles mediante técnicas
artesanales en las playas de Sarapampa, playas de La Isla, Las Palmas, Rosario,
y que de acuerdo con los entendidos en la culinaria, el Charquicán se habría
originado en el tiempo de los incas con el famoso “charqui” que en el quechua
peruano quiere decir “carne seca” y de la expresión mapuche chilena “cancan”
que significa “carne asada”. Bueno, de gustos y sabores siguen escribiendo los
autores.
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